EL TIEMPO ES EL FACTOR SORPRESA EN NEGOCIOS DE ESTE TIPO, "NO DEJES  PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER HOY".

En los primeros siete meses del año, los españoles aumentaron un 70,7 por ciento, la cantidad dedicada a la compra de pisos en el extranjero, con un valor global de 2.059 millones de euros, según datos del Banco de España. Esta cifra casi iguala la inversión realizada durante todo el año 2006, y demuestra cómo, ante la situación del sector del ladrillo en nuestro país, son cada vez los particulares y empresas que buscan en otros mercados de los que se espera una «explosión» como la ocurrida en España en los últimos diez años.

La entrada, en mayo de 2004, de ocho países del este de Europa en la Unión Europea --a los que se añadieron Bulgaria y Rumanía en enero de 2007-- ha convertido en efervescente su otrora paralizado mercado inmobiliario. La posibilidad de comerciar libremente con el resto de países comunitarios, unida a la recepción de fondos de cohesión, asegura la revalorización de las inversiones inmobiliarias en el corto plazo.

Así, por ejemplo, Polonia es el país que con más fuerza está recibiendo capital español, y ya tiene instalados en su territorio a casi todas las empresas que han hecho posible la «revolución del ladrillo patria». La revalorización media de los pisos en los últimos cinco años alcanza el 20 por ciento y, en el último año algunas ciudades como Cracovia o Wroclaw registran un espectacular 76 por ciento de apreciación de su viviendas. Una «apuesta casi segura», según dicen en el sector.

Otro modelo de negocio en el este lo constituye Rumanía, un Estado en el que más de medio millón de sus ciudadanos viven en España. El negocio aquí consiste en asesorar a aquellos inmigrantes afincados en nuestro país que optan por comprar una vivienda en su tierra de origen. Los precios son muy atractivos: poco más de 70.000 euros cuesta un chalé en la coqueta ciudad de Sibiu, o 50.000 euros (menos de 10 millones de pesetas) para un apartamento de cincuenta metros cuadrados en el norte del país. Lo mejor de Rumanía, según explican las inmobiliarias españolas instaladas allí «es que no se ha construido en veinte años y hay carencia de viviendas».

Además de estos dos grandes, también hay buenas oportunidades en Chequia, Hungría, Bulgaria o los países bálticos. cada uno de estos países representan una oportunidad diferente con características diferentes, pero, si ustedes deciden apostar por la inversión en alguno de ellos, estén seguros de que siempre habrá una compañía española afincada allí que pueda asesorarles.

Como somos una mediana empresa, podemos asegurarle que tendrá nuestra total atención personalizada y durante todo el proceso de compra vamos a asesorarle en cada paso que dé. De por seguro que su inversión va a tener una gran rentabilidad. Y en conclusión, lo más importante: aunque nuestros servicios son de calidad nuestras comisiones son económicas 

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